Enfermedades infecciosas de transfusión sanguínea

Las enfermedades infecciosas de transfusión sanguínea (ITT) son enfermedades causadas por un patógeno, transmitido al receptor durante la transfusión sanguínea. El uso de cuestionarios a los donantes, la detección de marcadores serológicos de infecciones, pruebas de ácido nucleico (NAT), y el uso de tecnologías de reducción de patógenos (PRT), ayudan a reducir el riesgo de transmisión. La contaminación bacteriana es la más común en las transfusiones sanguíneas, ocurre en aproximadamente 1 de cada 2.000 a 2.500 transfusiones de plaquetas.

La OMS recomienda someter obligatoriamente la sangre a pruebas de detección del VIH, de la hepatitis B y C, y de la sífilis. No obstante, las políticas de seguridad en los bancos de sangre son diferentes en cada país, dependiendo de las enfermedades endémicas que haya, y se suelen tener en consideración aquellas enfermedades endémicas del país de procedencia o de visita del donante. En Estados Unidos, desde 2007, es obligatorio la detección de Chagas, enfermedad endémica de América Latina. En España, en 2005, se actualizaron numerosos aspectos de la donación de sangre, y se especificó el tipo de actuación frente a la enfermedad de Chagas, o bien excluyendo a donantes, o bien realizando una prueba de detección de la enfermedad.

En el mundo se realizan aproximadamente 118,5 millones de donaciones de sangre. El 99,8%-99,9% de la sangre donada en los países de ingresos altos-medio/alto se analiza de acuerdo con los procedimientos básicos de calidad, en comparación con el 83%-76% en los de ingresos medio/bajo-bajos. Por tanto, la prevalencia de enfermedades infecciosas transmisibles por transfusión sanguínea en los países de ingresos altos es muy inferior a la de los países de ingresos bajos.